La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que su gobierno prepara una iniciativa de reforma electoral que será enviada al Congreso de la Unión, pero rechazó que ésta tenga como propósito eliminar la autonomía del Instituto Nacional Electoral (INE). En contraste, adelantó que una de las principales propuestas será la eliminación de las diputaciones y senadurías plurinominales.

“No, el INE sigue como organismo autónomo, tiene que seguir así”, afirmó la mandataria, quien subrayó que su objetivo es garantizar elecciones limpias y austeras. “Es falso, falso, falso que seamos un gobierno autoritario”, recalcó ante críticas sobre una presunta intención de controlar los procesos electorales.

La reforma electoral, parte de las 100 iniciativas que Sheinbaum prometió al asumir la presidencia el pasado 1 de octubre, no tiene aún una fecha definida para su envío al Poder Legislativo. No obstante, la presidenta adelantó que se conformará un grupo de trabajo para su redacción y análisis. En caso de aprobarse, los cambios no entrarían en vigor para las elecciones de 2027, sino hasta el siguiente proceso electoral federal.

Entre los cambios que se plantean, Sheinbaum propuso revisar la figura de los legisladores plurinominales; señaló que este mecanismo permite que políticos lleguen al Congreso sin haber realizado campaña, algo que considera alejado de la representación ciudadana. “Esta idea de que estuviste seis años fuera de México y luego regresaste como número uno de las plurinominales, ¿cómo?”, cuestionó, en aparente referencia al panista Ricardo Anaya.

El coordinador de los senadores del PAN, Ricardo Anaya, calificó de “gravísima” la intención del gobierno federal de presentar una reforma electoral: afirmó que el verdadero objetivo es tomar el control total del país mediante cambios en las reglas democráticas. “Hay que decirlo con claridad”, advirtió, “el gobierno busca el control absoluto”.

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Por otra parte, Sheinbaum informó que las propuestas relacionadas con la reforma al Poder Judicial no serán discutidas en el actual periodo legislativo extraordinario. Las iniciativas que no se alcanzaron a enviar a tiempo se discutirán en el periodo ordinario de septiembre, tras su análisis en comisiones.

Con esta postura, la presidenta busca desmarcarse de acusaciones sobre autoritarismo y defender una agenda legislativa enfocada según dice en la eficiencia, el contacto con la ciudadanía y la transparencia en el gasto público. La discusión, sin embargo, promete ser intensa en el Congreso.

Fuente: Expansión