La FGE presume que el tripulante del coche bomba murió al estallar el vehículo en Coahuayana; dos de las cinco víctimas siguen sin identificar.
La Fiscalía General del Estado (FGE) confirmó que el coche bomba que estalló en Coahuayana sí tenía un tripulante y que éste habría muerto en el lugar al momento del estallido.
Sin embargo, su identidad no ha sido establecida, ya que dos de las cinco víctimas mortales permanecen sin identificar y el presunto conductor sería uno de ellos.
El fiscal general Carlos Torres Piña informó que, entre los cuerpos recuperados en la zona siniestrada, “se presume que al menos uno de ellos sería la persona que manejaba el vehículo que transportaba estos supuestos explosivos”.
La afirmación abre una línea de investigación clave sobre la naturaleza del ataque, ya que la detonación se produjo mientras el vehículo estaba tripulado, y no existen, por ahora, indicios que permitan afirmar si se trató de una detonación voluntaria, accidental o forzada.
De las cinco personas fallecidas, tres pertenecían a la policía comunitaria de Coahuayana y sus cuerpos ya fueron identificados y entregados a sus familias.
Los otros dos cadáveres, encontrados en la zona de mayor impacto, no portaban identificaciones ni rasgos suficientes para una identificación visual inmediata debido a la fuerza de la explosión.
La falta de identidad mantiene abiertas las hipótesis sobre quién conducía el vehículo. No se ha determinado si el presunto tripulante actuó por voluntad propia, bajo coacción o en circunstancias aún desconocidas.
La presunción de que uno de los cuerpos corresponde al conductor se basa en la ubicación de los restos y en los primeros indicios recuperados, pero la FGE aclaró que serán necesarios estudios forenses especializados.
La explosión, ocurrida a las 11:40 horas del sábado 6 de diciembre, dejó además siete personas lesionadas y provocó daños materiales en un radio de 300 metros horizontales y 50 verticales, afectando viviendas, comercios, edificios públicos y 12 vehículos.
La investigación sobre el origen y el tipo de explosivo fue atraída por la FiscalÍa Especializada en Delincuencia Organizada (FENDO), mientras que la FGE mantiene a su cargo los estudios forenses, la clasificación de daños y la identificación de las víctimas.
En la zona trabajan más de 30 especialistas estatales y federales, junto con personal de Sedena especializado en análisis post-blast.
Conforme avancen los peritajes se sabrá si el tripulante participó de manera activa, si fue obligado o si incluso pudo desconocer la carga del vehículo.
Los resultados también deben determinar el mecanismo de detonación y las condiciones exactas en las que falleció.

